Centro de Historia de La Playa de Belén

LA PLAYA DE BELÉN
Por Jairo Alberto Claro Ovallos

 

La realización en el ensueño de La Playa, tiene a la naturaleza gestando el parque de “Los Estoraques”, ostentando en igualdad de condiciones la mano de sus promotores, razón que determina destacar desde la iniciativa de sus fundadores hasta el conjunto poblacional que comprende que el progreso es fruto del esfuerzo.

Desde su himno orientado por la inteligencia del Padre Campo Elías Claro, hasta la identidad que Guido Pérez Arévalo le dio con su Monografía y el sacerdote José María Arévalo trasladó hasta las glorias Romanas del estudio.

La inquietud de todos sus alcaldes y gobernantes, dentro de los que resalto a Ramón García Celis en el perfil deslumbrante de sus obras, hasta la operatividad positiva de sus dirigentes ha estado en permanencia para exteriorizar con humildad el entorno de su historia.

Dentro de los antecedentes en la perfección que acusa la población se encuentra el Esquema de Ordenamiento Territorial, respaldado por la acuciosa labor del profesional Playero, Uriel Arévalo Franco, trabajo destacado en el Departamento, no solo por su calidad y actitud de estudio sino por la prontitud con que acudió al llamado del Gobierno y sus disposiciones legales.

Esa actitud de proyección, reviste la visión del turismo como “conciencia colectiva de las ventajas comparativas del Municipio”, sugiriendo “la necesidad de instalar y consolidar una figura institucional que diseñe, coordine y ejecute las políticas del sector”, denotando con ostensible claridad que; “...la figura institucional debe partir de la voluntad de la comunidad”, mientras el Municipio se encargue de “propiciar los espacios de acercamiento”, proyectando la iniciativa institucional en sus comienzos para acceder en forma paulatina a una asociación de carácter mixto, en cuya base de dirección se encuentre la cooperación y solidaridad humana.

Dentro de esta expectativa de desarrollo se proyecta una asociación ecológica y turística, integrada por cada una de las organizaciones que convergen a la necesidad del cambio y en donde se confunda la posición del artesano con la actividad del empresario o la vocación del conductor con la misión del propietario en la búsqueda de medios de subsistencia y valoración económica.

La fuente de desarrollo sugerida, requiere del condicionamiento vial que facilite el ingreso y la convocación nacional al turismo, lo que empieza a perfilarse con la pavimentación total de la carretera que de esta ciudad conduce al marco de “Los Estoraques”, actitud de reconocimiento que dentro del conjunto de sus creaciones en el Municipio, se debe al arquitecto Jaime Enrique Claro Arévalo, actual Secretario Departamental de Vías e Infraestructura y a la coadyuvancia esencial del Alcalde Hugo Arévalo Franco quien como receptor y ejecutor de estas obras, recibe con orgullo histórico la distinción Nacional que se le a hace a La Playa erigiéndola en bien de interés cultural.

A la actividad económica contribuye la Cooperativa “Coodín”, dirigida con afán y esmero por Alvaro García Celis. El campo social en materia de salud se desarrolla con la Empresa Social del Estado de primer nivel de atención, “Isabel Celis Yánez”, de iniciativa del Alcalde y aprobación del Concejo, que partiendo de las instalaciones de un moderno hospital, condensa la gestión de los mandatarios Said Pérez Ovallos y Nohora Ovallos Ascanio, ejemplo de constancia en la inteligencia de la mujer Colombiana.

El Padre Ismael Arévalo Claro adelanta la gestión protectora de la tercera edad, remodelando unas instalaciones para la actividad de los hombres y mujeres que la sociedad de consumo concibe erróneamente en un grado de marginamiento.

El abrazo de cordialidad a La Playa, a sus hombres y mujeres y al pregón futurista de su juventud, quienes bajo el recuerdo de Eduardo Cote Lamus permanecerán expectantes frente al poema:

La ciudad seguramente estaba amurallada
Pero ¿quien hizo sus murallas?
Aquí el muñon de los castillos
Mas la torre ¿de que se defendía?

Me honra encontrar entre los archivos de mi familia el Diario de mi Madre, como contribución eficaz a construir y complementar la historia de mi pueblo, sobre la que indudablemente existen preocupaciones de estudio entre las que puedo denotar la del Doctor Guido Antonio Pérez en su “Monografía de La Playa”.

Según datos de mi sobrino Manuel Gustavo Guerrero Claro El Diario de mi Madre constituye una detallada observación de los hechos de mayor importancia en la vida de la Playa, originándose en las inquietudes de quien naciera en Ocaña el día 23 de junio de 1904, hija del primer Corregidor, y a quien describiera como “una Ocañera menudita” que convirtió su Diario “en la vía de escape para esa época” y de quien resaltó en “la prudencia” la barrera infranqueable en “el comentario desobligante” hacia cualquier persona, adoptando en sus actuaciones, la mas radical oposición a los“ escándalos” ostentando “una dignidad envidiable” para gobernar su casa y dirigir con mesura los actos de su vida.

Del diario de mi madre puedo derivar hacia el año 1.923, los viajes que mi familia realizaba a la casa de Evaristo Mantilla en la vereda de “Oropoma” del Municipio de Abrego y que según comentarios de mis hermanos Carlos y Jesús se explicaban por los vínculos de negocios con dicha agrupación familiar con quienes mi abuelo Ramón mantuvo relaciones comerciales, lo que creaba la imagen de un intercambio mercantil en donde las fuentes productivas de mi tierra no quedaban en el campo de una economía cerrada.

Se buscaba en esta forma el libre cambio y las relaciones entre los sectores de la vida Provinciana que ya alcanzaba su capacidad creativa, estableciendo entre los pueblos no solo el enlace de la economía sino la relación personal que como producto de esa vinculación es propia de los pueblos en desarrollo.

Registra mi Madre para la misma época, las visitas que hacía el Colegio Nacional “José Eusebio Caro” a la Playa, colocando con igual acento la llegada a su casa de Marco A. Lemus, miembro de distinguida familia de la ciudad de Ocaña.

Destaca el Diario, los viajes que realizaba con fines comerciales a la ciudad de Barranquilla, Don Francisco Arévalo, benefactor de la Población que por su época mantenía el mas sólido liderazgo por su capacidad emprendedora y progresista y quien fuera el primero en llevar un carro de su propiedad a La Playa el 20 de Enero de 1.929.

Para el 12 de Enero de 1928 recuerda mi madre que a la 4 de la tarde, fue instalada la línea telefónica, hora en que fue colocado el primer telegrama para Convención, complementando que el 19 de Octubre de 1928, fue igualmente instalado el teléfono.

En el año de 1.910, fue creado el Departamento, y desde esa época, Aspasica obtuvo su categoría de Cabecera de la sede Administrativa, hasta que en el año de 1.926, mediante la ordenanza 65 se traslada la Cabecera al Corregimiento de La Playa, aspecto que estuvo representado por un serio enfrentamiento quedando posteriormente por la Ordenanza 75 sellado el conflicto cuando el 1º. de Mayo 1.929 siendo las 3 de la tarde, entra en nuestro Municipio el Archivo Municipal, actitud valerosa que ha sido atribuida a mi Tío Sixto, quien según sus contemporáneos puso fin al incidente, viajando a la antigua capital y radicando definitivamente la documentación en el Municipio de La Playa.

En el diario de mi Madre, así se reporta el dato: “El día 1º de Mayo del año de 1.929 día miércoles a las tres de la tarde entró a nuestra querida Playa el archivo Municipal”. El Playero ha salido de su tierra, dominado por la actividad comercial con Barranquilla y otras poblaciones de la Costa Atlántica, o del estudio, en donde los sacerdotes Dominicos orientaban a los jóvenes a los seminarios menores de Bogotá y Chiquinquirá.

Paralelamente, muchos Playeros abrazaron la carrera pedagógica actividad que los hacía radicarse en lugares diversos de la Provincia y el Departamento y desde cuyos lugares promovían los alumnos de su comarca a las instituciones en donde trabajaban.

En medio de la distancia, el sentimiento patrio es mas sensato y solidario y por ello los Playeros a través del País, sin perder la razón de su origen se aliaban en sus interesantes "tertulias" para recordar el pedazo de su patria que solo en temporada de vacaciones visitaban. La bohemia no era el único denominador común que vinculaba a los paisanos y por encima de tan ligera apreciación los lazos de solidaridad y familiaridad representaban el centro de unos origenes reales y dinámicos en las actividades de sus hombres.

En el año de 1.962, Emiro Arévalo Claro y mi hermana Clara Lucía Claro, habian cerrado su residencia familiar en Fontibón (en esa época de Cundinamarca), razón atrayente para que entráramos en el hogar mis hermanos Jesús, Jorge Eliécer (Toly) y más tarde lograr la presencia de Guido Pérez Arévalo y a la que se fueron sumando con sus visitas dominicales Benjamín Pérez, el padre de la "Las Hernlanitas Pérez" de gran relieve artístico para la época y que finalmente, se preciaba de la presencia de los Padres Dominicos Playeros como el célebre catedrático José María, su hermano Ismael Enrique y Campo Elías y Domingo Claro Carrascal.

El Distrito de Bogotá se distanciaba de la Metropoli que hoy sacude la dinámica Capitalina. En aquellos tiempos las poblaciones Distritales conservaban una profunda tradición católica distante del urbanismo impersonalidad de hoy, siendo viable ubicarse dentro de los parámetros de esa vieja Fontibón en donde los sitios como el Teatro "Avirama", la "Estación del tren", "la plaza de mercado", "La botica de Morita", "La panaderías Danesas", "El colegio Académico" o el "Palacio Municipal" eran de tanto sabor familiar que se frecuentaban insistentemente, destacando de otro lado el aprecio que teníamos de una Familia Prieto.

Esas iniciales "tertulias", por virtud de la familiaridad y el origen se tomaron en verdaderas "Embajadas" en donde la solidaridad y el gesto de familia eran oportunos e inmediatos en la solución de los problemas que a diario despertaba el ajetreo capital.

No se trataba entonces de concebir una agrupación determinada únicamente por la ingerencia de la bohemia sino cuidada con el filtro humanista que tras los proyectos de los días presentes, canalizaban las obras hacia un período de vacaciones en donde las propuestas eran diversas pero de natural y común envergadura. Posteriormente Bogotá fue abordado por paisanos que por relación con la Universidad o su vinculación de carácter laboral tomaron asiento definitivo en la Capital, incrementando el número de Playeros que se destacaban en las diferentes actividades de la Ciudad, entre quienes debo con simpatía y recuerdo el nombre de La familia Pacheco Claro, Javier Claro PEÑARANDA, sus hermanos y Josefina Arévalo Claro.

Con una nota de lealtad debo mi referencia a Guido Pérez Arévalo autor de la Monografia "La Playa cid Belén", otorgamiento académico de gran concepción histórica en donde tras el establecimiento de su fundación, deja una fiel versión sobre la historia administrativa del Municipio y sus difer~mqos [?], dándonos en el Capítulo del Itinerario Histórico, una relación de todos nuestros gobernantes, incluso hasta los que han hecho parte del Nuevo Sistema Político de Elección Popular.

La Playa de hoy es un sueño, y el orden de estas historias no puede constituir un hecho aislado de su progreso. Por eso, intentamos enfatizar en los hombres, documentos y proyectos, un manto de realidad, que traduzca no solo un pueblo de anhelos sino un motivo empresarial de turismo, en empresa deben observarse el esquema de ordenamiento territorial y los diferentes planes que han concurrido y convergerán al asiento de una verdad que en materia de progreso ya ha comenzado y que en el factor de la gobemabilidad, debe garantizar su meta hacia el turismo.

 
Cortesía de la licenciada Josefina Arévalo Claro. www.laplayadebelen.org- 11 de febrero/2006
(Publicado en "Ocaña 7 Días", con motivo de la Declaratoria de Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional)